
Versículo:
El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas. – Salmos 34.18–19
El dolor es profundo y real, y a menudo tan inesperado como una tormenta que llega sin advertencia alguna.
Alguna vez pensaste que al acercarte a Cristo tu vida sería mejor. Muchas de las áreas de tu corazón fueron transformadas, pero quizás fuiste de aquellas personas que ingenuamente creyeron que al ser cristiano tus problemas se acabarían.
Nada más lejos de la realidad. El cristianismo no implica ausencia de problemas. Estás expuesto como cualquier persona a enfrentar situaciones adversas que sacuden de forma contundente tu realidad.
Es ahí donde tu fe y tu carácter son probados. En esos momentos de angustia, en las peores tormentas de tu vida o en los desiertos más grandes por los que tengas que pasar, tu dependencia de Dios será lo que te sostendrá.
Cuando esos momentos llegan generalmente no hay nadie más a tu lado. La mayoría de los que pensabas que eran tus amigos o familiares brillan por su ausencia. Al final solo estás tú y Dios. No olvides que si Él está contigo, es suficiente.
Suficiente porque la Biblia dice que Dios siempre está cerca para salvar a los que no tienen ni ánimo ni esperanza. Cuando las pruebas inundan de angustia tu corazón, te desanimas y pierdes toda esperanza para continuar luchando. Es así como el diablo desea verte.
Todos aquellos que han confiado de corazón en Jesús tendrán muchos problemas como cualquier persona. La hermosa diferencia es que los que han sido justificados por la fe en Cristo cuentan con Su ayuda para poder vencer esas dificultades.
Aunque las angustias que te agobien sean muchas, Dios promete librarte. Él cuida a los suyos y no sufrirás daño alguno.
Él te sostiene, te guarda y te fortalece. Hay fundamentos bíblicos que respaldan estas verdades, por lo tanto, puedes confiar en Dios. Él nunca te ha dejado, ni te dejará. No permitirá que seas probado más de lo que puedas soportar.
Si aún no has salido del desierto por el cual estás pasando, es porque estás capacitado para soportarlo. Confía en que Dios está trabajando en ti aunque no lo parezca. Te aseguro que saldrás más fuerte de esta prueba.
Tomado del Libro “La Tormenta Interior” de Sheila Walsh.
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